lunes, 11 de marzo de 2013

Ese fatídico día



Hoy es un día de luto en nuestro convulso país, amenazado por ansias independentistas, pero eso es arena de otro costal. Pretendo en este día escribir este breve artículo conmemorativo en honor de las 192 victimas que perdieron sus vidas de una forma tan injusta y execrable en manos de hombres viles y depravados ocurrida el 11 de marzo de 2004, estación de Atocha situada en la capital de nuestra nación.



Fue un acto cobarde y cruel en sumo grado provocado por unos individuos radicales que pertenecen a una célula fundamentalista peligrosa y beligerante que no tiene otro objetivo que sembrar la semilla del caos y de la desesperación. 


Me abstengo de emplear el término "terrorista", porque considero que es una palabra demasiado utilizada por los medios de comunicación de todo el mundo, y más concretamente por los de los EEUU.


Mi deseo para estos tiempos complicados y duros en los que campa a sus anchas la suerte adversa (mala suerte) es que tanto el gobierno actual y futuros gobiernos  de nuestro país y de Europa se mantengan fuertes ante el terror sembrado por los dogmas de una minoría enloquecida y que parece a simple vista que no comprendan los preceptos de su propia religión.

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